Según explica el investigador y director de este proyecto, académico Dr. Francisco Araos, la iniciativa se basa en una estrategia de monitoreo comunitario basado en grupos de Centinelas que en conjunto con el laboratorio de Ciencia Ciudadana van registrando diversas dimensiones de los territorios en los que habitan.

“Cuestiones como la biodiversidad, patrimonio cultural, amenazas ambientales, procesos de transformación ambiental asociado al cambio climático, se registran hitos también del paisaje, se pueden desarrollar también algún tipo de actividad ceremonial en el caso de pueblos indígenas, zonas de esparcimiento donde la gente se reúne, lo que busca la iniciativa es poder lograr que las personas tengan una metodología, una serie de protocolos acerca de cómo observar su territorio y a partir de esa observación poder colaborar con los científicos del Laboratorio de Ciencia Ciudadana en la organización de esa información, en el entendimiento y análisis, y la posterior divulgación. Este insumo nos permite levantar alertas socio ambientales -por ejemplo- en el caso de un proceso de contaminación, o bien, para divulgar a la comunidad en general los diversos atributos y riquezas que tienen los territorios”, explica Araos.

En la Región de Los Lagos hasta ahora se han desarrollado tres experiencias de Centinelas Comunitarios en diversos territorios, con apoyo de las comunidades de pueblos originarios, así como otros grupos organizados, activistas ambientales y ONGs.

“Los participantes lo han tomado de muy buena forma, hasta ahora hemos desarrollado 3 ejercicios ciudadanos de centinelaje, uno en la localidad de Carelmapu con comunidades indígenas, otro en la laguna Kusrüpuyewe, también con comunidades indígenas y en la zona costera de Metri, con organizaciones de activistas ambientales y una ONG. En todos tuvimos muy buena participación e interés en enviar los registros y en difundir los resultados de la iniciativa”, comenta el Dr. Araos.

La experiencia de este proyecto ha sido positiva tanto para los investigadores como para quienes habitan los territorios, como una manera de vincular los saberes tradicionales con el conocimiento científico que permita conservar el patrimonio biocultural.